Dólar cierra en su menor nivel en siete semanas en medio de la escalada del cobre

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Diversos expertos analizan cómo se podrían usar de mejor manera los recursos que entrega el metal rojo a la economía local, con miras al desarrollo del país.

(Emol) Bajo la mirada de los diversos actores de la economía mundial, los metales y otras materias primas se han convertido en una especie de refugios seguros para la reactivación global. Basta con analizar el comportamiento del cobre para comprender el por qué.

Y es que la carrera del metal rojo parece no tener freno. El commodity concluyó su última sesión en la Bolsa de Metales de Londres en torno a los US$4,36107 la libra, el valor más alto del metal rojo desde el 2 de agosto de 2011, cuando se cotizó en US$4,36810 la libra.

Aunque es incierto hasta cuándo se extenderá este rally, los expertos estiman que, al menos en el corto plazo, el cobre seguirá rompiendo barreras y pueda superar máximos históricos, por lo que surgen preguntas respecto a cómo Chile podría aprovechar las bonanzas del cobre para fomentar el desarrollo del país, en un año de importantes elecciones y profundas reformas constitucionales.

Nuevos tributos mineros

En ese marco, una opción que han planteados algunos parlamentarios se traduce en elevar la carga tributaria del sector minero, lo que no solamente implicaría una mayor recaudación fiscal, sino que además podría estimular la inversión en el progreso.

Uno de ellos fue el diputado Giorgio Jackson, de Revolución Democrática, quien manifestó en una carta a El Mercurio que, dado el contexto actual, se vuelve relevante repensar el tributo minero, con el fin de capturar mayores rentas de lo que se hace actualmente.

Desde su perspectiva, el dinero se podría invertir con miras hacia el futuro, en ámbitos como educación, ciencia, infraestructura, tecnología. Por su parte, el diputado del partido Federación Regionalista Verde Social, Jaime Mulet, defendió la creación de un impuesto adicional a las exportaciones de las grandes mineras, con el argumento de que las ganancias deber ser compartidas por el Estado y las empresas del rubro.

A esta materia se refirió Joaquín Villarino, presidente del Consejo Minero, quien contextualizó el estado económico de la industria.

“Del total del flujo anual de la minería, esta retira como utilidades solo un 10%, lo mismo que retira el fisco por impuestos o royalty, mientras que el 80% restante queda, en líneas generales, dentro del país, en inversión, remuneraciones, contratistas, exploración, es inyección directa a la economía nacional”, declaró en entrevista con el Canal 24 horas.

Sumado a esto, mencionó que “de los US$45 mil millones que ha venido generando la minería en la última década en promedio, las mineras retiran como utilidades US$4.500 millones”.

Las demandas parlamentarias fueron analizadas por Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, quien advirtió que “cuando se dan estas bonanzas de precio, ciertamente queda la impresión de que sube la plata en la minería, pero hay que mirar esto en una perspectiva de largo plazo, porque son cuestiones que surgen al alero de este boom del precio”.

En esa línea, añadió que “habría que estudiar muy bien cuál sería el mecanismo que se está proponiendo, para no matar a la gallina de los huevos de oro, porque un impuesto ciertamente tiene una cara muy positiva, que es el aumento de los ingresos del fisco, pero también puede afectar la inversión en el país, y al final no se termina cumpliendo el objetivo que se busca”.

Bajo ese contexto, el economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, descartó que un aumento en la carga tributaria del sector minero fuese efectivo. En entrevista con EmolTV, Ramos aseguró que “la minería no puede ser nuestra vaca lechera permanente”.

El experto explicó que este no es el momento para subir o agregar nuevos tributos, puesto que “nos encontramos en una situación de reactivación, y cualquier incremento de la carga tributaria podría frenar este proceso, que está en pañales. Por ello, cualquier aumento tiene que ser gradual, siempre y cuando esté consolidada la recuperación, sino la va a matar”, sostuvo Ramos.

Ahora bien, cabe destacar que el alza en el valor del cobre tiene como efecto colateral el crecimiento de las arcas fiscales. De hecho, la proyección de diciembre de la Dirección de Presupuestos de Chile (Dipres) reveló que los ingresos por cobre podrían llegar a los US$4.400 millones este año, en comparación a los US$3.300 millones que pronosticaba en septiembre.

En ese sentido, para Hermann González, economista de Clapes UC, la imposición de nuevas tarifas podrían traer atenuar la competitividad de la industria chilena en mercados internacionales.

“Una medida como esa afectaría a un sector que ya se ha visto golpeado, y por lo tanto podría generar un desincentivo a la inversión que se necesita, tanto nacional como extranjera. Un impuesto podría perjudicar el atractivo de la minería”, afirmó González.

Entonces, ¿cómo se podría aprovechar mejor este boom? 

 

Una alternativa es la que defiende Alejandra Wood, directora ejecutiva del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco), quien afirma que si las regalías o royalties financiaran la inversión a largo plazo en investigación y desarrollo, se podría mantener el nivel de riqueza en el país, pese a que los recursos minerales se vayan degradando.

“Creemos conveniente cambiar el impuesto específico a la actividad minera por un verdadero royalty, el que capte de mejor forma para el Estado recursos en ciclos de precios altos. Estamos seguros esta será una discusión en la Convención Constitucional y de que el royalty permite una mayor flexibilidad en su distribución para fines específicos, entre ellos, apoyo a programas regionales y educación para asegurar futura creación de valor”, indicó la analista.

Esto mientras que el vicerrector de Innovación y Desarrollo de la Universidad del Desarrollo, Daniel Contesse, esgrimió que, independiente de las coyunturas en el valor del cobre, es importante tomar consciencia de que Chile posee una vocación minera. Es así que Contesse sostuvo que mejoras en las políticas públicas y la institucionalidad permiten aprovechar de mejor manera el ciclo minero.

“Tenemos que desarrollar una economía minera más sofisticada, perfeccionarla, y a partir de nuestras ventajas comparativas construir medidas de más largo aliento que se conecten con la innovación y el conocimiento. Y si bien ha habido avances en esta materia, estos son poco conocidos”, apuntó.

Y añadió, “para empujar esa frontera debemos invertir y profundizar la conexión entre la ciencia, el desarrollo y el mundo de la minería. Por otra parte, a la hora de tomar decisiones operativas de corto plazo, es importante tener a la vista el largo plazo, balancear mejor, y eso se logra en la medida en que se prepare bien el capital humano”.

La clave, para el ingeniero civil industrial está en tener a profesionales y técnicos más avanzados para enfrentar el desafío de vincular la minería a una sociedad más cercana al conocimiento. Bajo ese contexto, el rally del cobre se vuelve un escenario óptimo para invertir en estos aspectos.

Fuente:MCh.

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