Profesionales del Consejo de Monumentos visitan Freirina para chequear estado de las “Chimeneas de Labrar”

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En un evidente estado de deterioro se encuentran en la actualidad las chimeneas de Labrar, extinto sector minero que gracias al ingeniero francés Carlos Lambert, tuvieron su renombre en los distritos mineros de la zona a contar de 1846.
Por lo mismo, y en un constante trabajo de rescate al patrimonio de Freirina, el Alcalde Cesar Orellana, manifestó su inquietud al Consejo de Monumentos Nacionales para levantar un informe técnico que permita dar cuenta de la actual situación de preservación en la que se encuentra las tres torres que aun se mantienen en pie.
Desde el Consejo de Monumentos respondieron con la presencia de dos profesionales que llegaron a Freirina para levantar informes técnicos y así construir a futuro las directrices que permitan reforzar el cuidado de las chimeneas.
Los hornos de Labrar fueron desmantelados, para aprovechar el material con que fueron construidos -ladrillo refractario inglés-. Quedan en pie tres imponentes chimeneas de la fundición, construidas en 1846. Su planta es cuadrada, siendo sus secciones de algo más de 2 metros en la base. Las estructuras son de ladrillo refractario y mortero de cal, reforzadas con una armazón metálica. Tienen 18 metros de altura.
Cabe destacar que desde la administración del Alcalde Orellana hace ya más de 4 años que se presentó un completo informe al Consejo de Monumentos en la búsqueda de declarar nuevos sitios de interés patrimonial, entre ellos el cementerio de Quebradita y su escuela, la ciudadela de Capote y el ex hospital “Agustín Edwards”.
De acuerdo a datos históricos las chimeneas, donde se derretía el cobre,  son los únicos testimonios que quedan en pie de la tecnología que permitió a Chile convertirse en el primer país productor de cobre, entre 1851 y 1880, y desplazar de ese sitial a Inglaterra. Estas chimeneas son de gran tamaño, de base cuadrada construida en ladrillo y reforzadas con una armazón metálica que les daba gran firmeza. Tienen 18 metros de altura.

 

A fines del siglo XIX muchos yacimientos de cobre se agotaron o su calidad era muy baja y por ello los países extranjeros no lo compraban. Eso produjo la paralización de la mayoría de las fundiciones que producían y vendían este mineral, incluida la de Labrar. Sin embargo, la presencia de esas antiguas máquinas e instalaciones, así como el poblado, permiten hoy en día reconstruir la historia tecnológica de la época, la vida de quienes trabajaron en estas faenas mineras y la importancia que la minería del cobre tuvo y tiene para el desarrollo de nuestro país.

DECLARADAS MONUMENTO NACIONAL

Dos de las chimeneas de la ex fundición de Labrar fueron declaradas Monumento Histórico el 2 de octubre de 1980. Un decreto posterior, del año 1996, incorporó a su vez en la zona de protección a la tercera chimenea, los campos de escoria y las ruinas del poblado; por las razones antes mencionadas. Sin embargo, fue un tercer decreto, del año 2008, el que modificó el plano en donde efectivamente se incorporaban las nuevas zonas protegidas.

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