EMA Solar: Las claves de la primera estación modular de acuicultura sustentable de Atacama

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Financiado a través de un Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC), el proyecto impulsado por el Centro de Investigaciones Costeras de la Universidad de Atacama (CIC-UDA) utiliza energía solar para el funcionamiento de su sistema de recirculación acuícola, y busca contribuir al desarrollo productivo local y sustentable de las caletas rurales rezagadas de la región.

La energía solar es uno de los activos más importantes de Atacama y forma parte de uno de los proyectos más relevantes del Centro de Investigaciones Costeras de la Universidad de Atacama (CIC-UDA): EMA Solar, la primera estación modular acuícola que utiliza energía renovable no convencional (ERNC) en la región.

La iniciativa –que ya se encamina a su fase final de implementación– cuenta con financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) y busca potenciar el desarrollo productivo local y sustentable de las caletas rurales rezagadas de la región de Atacama. Lo anterior, gracias a su carácter modular, que facilita su traslado e instalación en cualquier sitio que lo requiera.

La energía solar pone en funcionamiento un sistema de recirculación de agua, que posibilita la producción, mantención y cultivo de especies hidrobiológicas, como ostiones, erizos, truchas, entre otras. “La recirculación permite transformar los desechos nitrogenados (amoniaco y amonio) producidos por los moluscos y peces tras ingerir el alimento. Mediante un biofiltro, esos desechos se oxidan, reducen y pierden su toxicidad”, explica Rafael Crisóstomo, director ejecutivo de CIC-UDA y quien lidera el proyecto. “Además, favorece la eficiencia energética, porque no es necesario estar succionando agua una y otra vez, esta se recircula a través de un sistema de biofiltros y filtraciones activas, oxigenando y desgasificando el agua, sacando componentes orgánicos metabólicos nocivos y mejorando así su calidad para la mantención y cultivo de especies de interés comercial”.

La versatilidad del sistema le permite, asimismo, orientarse a distintos usos. “A pequeña escala, puede servir para un puesto que comercialice moluscos o peces vivos en una caleta rezagada como Barranquilla, pero también puede adaptarse y ser utilizado como hatchery por una gran empresa minera”, señala, acotando que, en el marco de la iniciativa, se creó un sistema de sensores, mediante el cual se mide constantemente el pH, la temperatura y el oxígeno en los estanques.  “Tenemos los datos tabulados y aspiramos a implementar, en una siguiente fase del proyecto, el control automático de este sistema de medición, para tener la opción de que se efectúe, por ejemplo, en modo remoto y en tiempo real”.

Proyectos con continuidad

La etapa final de EMA Solar tiene, como principal desafío, la integración de un sistema de producción de agua de mar desalinizada, que potenciará la activación de polos productivos eficientes y encadenará este proyecto con otra iniciativa de CIC-UDA, también financiada por el FIC, denominada REPROTECH. Esta se focaliza en la mantención de reproductores de corvina chilena (Cilus gilberti), en condiciones ambientales óptimas de cultivo, lo cual requiere, inicialmente agua de mar. Sin embargo, el director ejecutivo de CIC-UDA puntualiza que el sistema también puede utilizarse para mantención de truchas, un pez azul de agua dulce. “Se puede realizar su mantención en etapas de engorda en crecimiento, en agua de mar, o bien, en su hábitat natural, el agua dulce, por lo cual es relevante para nuestro centro poder incluir esta nueva etapa de desalinización”.

Por todo esto, Rafael Crisóstomo recalca que los proyectos efectuados por CIC-UDA van generando una continuidad.  “Los sistemas de recirculación de agua permiten efectuar, también, un control de parámetros para la evaluación reproductora”.

Aprovechando estas ventajas, se proyecta generar un sistema de acuaponía, que combina la acuicultura y la hidroponía. “Consistiría en acoplar un módulo extra, donde se pueden cultivar algas u hortalizas, tal como se hace en el sur de nuestro país”, indica el director ejecutivo de CIC-UDA. “Lo positivo es que, en lugar de desechar los compuestos nitrogenados que resultan del proceso, se lleva a cabo un proceso de nitrificación del amonio tóxico, el cual es reducido a nitrato no tóxico, un nutriente natural para los vegetales, que se reingresa al sistema para que puedan absorberlo. Esto, asimismo, mejora el nivel de nitrato del agua, dejándola purificada, lo cual permite también recircularla y no desaprovecharla. Así tenemos una integración de procesos de eficiencia hídrica y energética, en sistemas integrados de cultivos para proporcionar a la comunidad alimentos de alta calidad, por medio de procesos sostenibles y sustentables con el medio ambiente”.

El investigador destaca que la relevancia de la acuaponía radica en que puede contribuir a paliar problemas de seguridad alimentaria. “Es factible tener peces y vegetales, producir proteína y vitaminas, lo cual puede favorecer a diversas comunidades. Se pueden implementar, por ejemplo, vergeles en Diego de Almagro, en Potrerillos, donde sea, ocupando la tecnología de EMA Solar, acoplado a esta versión 2.0, con acuaponía”, concluye.

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